Memoria
Residencia en La Caldera “el actor, el cuerpo y el sentido”, Joana Pupo
Sobre la escucha y el trabajo del actor
¿Actores somos todos y escuchar, escuchamos todos?
Me propongo a pensar en el acto mismo de escuchar. Ese tipo de abertura a que estamos obligados. “las orejas no son párpados”. Parece que el mundo está lleno de ondas que vibrando se mueven de cuerpo en cuerpo. Así lo vio también Artaud.
Me propongo a pensar en el micro-acto de escuchar. ¿Cómo vibra mi cuerpo con el mundo? ¿Qué tipo de tiempo-espacio me proporciona la escucha? ¿Será el silencio un imposible o la posibilidad misma de conectarme con mi vibración personal? ¿Cómo esto afecta el trabajo del actor? ¿Qué tipo de abertura es esta, del cuerpo que vibra en escena?
(La Caldera, 20-09-2010)
Estuve en el centro La Caldera durante un mes, que se repartió en dos estadas de quince días. El objetivo personal de mi residencia se comprometía con mi tesis de Master en Artes Performativos, especialización en Movimiento, en la cual me propongo reflexionar sobre el cuerpo del actor y el tipo de percepción y de abertura que desarrolla para la escena. Este trabajo lo había empezado con orientación del Filosofo José Gil, durante una tesina en Filosofía. Empeñada en construir un camino y un cuerpo doble, capaz de conectar la teoría y la practica, tuve en esta residencia un momento ideal de concentración.
Personalmente, había estado trabajando en diversos proyectos creativos y necesitaba un espacio, lejos de mi cuotidiano, para concentrarme y poner la lectura en día. Por otro lado, esta lectura, no trata de la teoría sino del cuerpo y sus practicas, así que estar cerca de estas practicas y en contacto diario con otros artistas, me hacia sentir conectada con mi campo de acción. Un punto alto de este contacto fueran sin duda las conversaciones con Lipi Hernandez, con Alexis Euspierre y el encuentro que Inés Boza nos ha proporcionado con Yoshi Oida, el actor japonés de Peter Brook, cuyos escritos son una inspiración para este trabajo que llevo.
Otro punto esencial fue, en Septiembre, el poder participar en las clases de Ioga Iyengar con Susana Castro. Fue fundamental poder experimentar el entrenamiento, donde cuerpo y percepción interna son integrales, antes de sentarme tantas horas pensando y escribiendo sobre el cuerpo.
Finalmente, para el aula abierta he considerado el tema a partir del cuál estoy organizando las ideas en torno de la percepción abierta del actor: la escucha. Aunque será un paso de pocas páginas en mi estudio (quien sabe si libro), me interesa desarrollar a hondo el tema en mis reflexiones. Fue muy interesante la propuesta de presentar algo y decidí reunir materiales diversos (desde teoría filosófica, teatral, hasta pedazos de performance en DVD, filmes, etc) sobre este tema, para poder traerlo para el centro de la reflexión sobre la escena.
Debo decir que este momento me ha traído muchas descubiertas. A pesar de la lluvia intensa del veinte de septiembre, estuvieron presentes bailarines, actores, profesores y estudiantes de Filosofía y otros compañeros en el arte. No mucha gente, la suficiente para generar un ambiente acogedor y una conversación interesante. Las propuestas e ideas cambiadas me hicieron tomar consciencia de los puntos distintos de mi trabajo y de este formato de conferencia, en concreto.
Con todo esto, la residencia en la caldera ha sobrepasado mis objetivos. Al poder componer un formato de conferencia abierta, me veo en un camino de enriquecer no solo este tema fundamental para mi trabajo – la escucha – como también una forma de charla que ponga materiales e ideas en conexión, que se ponga en comunicación intensa en el presente. A parte esto, he podido leer y organizar ideas en un momento fundamental de mi pesquisa, ya que ahora sigo con una practica intensa sobre estos temas aplicados a una búsqueda de libertad y contacto intenso del performer con si mismo y el otro, en el acto de creación.
Creo poder decir que esta residencia se ha conectado con my proyecto mayor, al inscribirme en un Master que pone el cuerpo en el centro de la escrita escénica: yo quería y quiero, sentir que el cuerpo de la escrita teórica y el cuerpo de la creación son el mismo. Juntar estos dos caminos en un mismo cuerpo. Ahora parece sencillo pero me toma todo un caminar el llegar aquí.
Por otro lado, el proyecto que tenia y tengo de editar esta pesquisa en libro, creo que se conectaba con una idea de comunicación, de poder abrir el proceso de reflexión teórica, y ahora veo como este formato de aula abierta, de charla, puede ser más y más interesante y caminar hacia una forma más activa y que llame más el cuerpo performatico a su estructura, no solo a sus contenidos. Así que creo que seguiré transformándolo.
Puedo solo agradecer esta posibilidad a La Caldera, sobretodo, a todos los que estuvieran presentes y atentos, cada día, en un cierto contacto que puede hacer el cuerpo ganar vida, ya que loca es la propuesta de sumergirse en la lectura y en la reflexión.
